La venta de cámaras retro sigue en forma gracias a estos modelos
La fotografía clásica está más en forma que nunca. Los modelos de cámaras retro de las décadas anteriores han vuelto a los catálogos de las tiendas. Ya sea por nostalgia, por estudio de la imagen o por la originalidad que desprenden las instantáneas que ofrecen estas antiguas máquinas, lo cierto es que en los últimos años sus ventas han batido records. Por ello, aquí tienes algunos de los ejemplos que más furor continúan suscitando.
Fuji
La gran competidora de Polaroid en el terreno de cámaras retro. Su oferta también está constituida de ejemplares ilustres.
- Instax Mini9: Su facilidad de uso, precio y tamaño hacen que esta cámara se la opción perfecta para aquellas personas que quieran iniciarse en la fotografía instantánea. Sus cartuchos son compatibles con los de la gama Instax anteriores.
- Instax Mini90 Neoclassic: Su apariencia vintage ha servido de reclamo para los amantes de los años ochenta. A nivel técnico incluye funciones y posibilidades como la de apagar el flash así como los modos marco y nocturno.
Polaroid
La joya de la corona en cuanto a cámaras retro. En esta marca encontramos tres ejemplos muy claros:
- 635CL: La legendaria. Cuando se habla de Polaroid y sus cámaras, gran parte de las conversaciones se centran en esta referencia. Se podría decir que su fabricación y diseño fue perfilándose a lo largo del Siglo XX desde los años 30. No obstante, el lanzamiento de 1986 fue el definitivo.
- 640: Inmediatamente posterior a la 635CL. A nivel técnico no se observan grandes diferencias y tanto el modo de carga de películas como el disparador son completamente idénticos. No obstante, su venta también continúa en auge.
- 645: A nivel de diseño es muy semejante a las anteriores pero, en este caso, presenta cambios en las características. Incorpora foco close up lens de 60-120 cm y flashes desechables tipo 600.
Estos dos grandes exponentes son parte muy importante del regreso de las cámaras retro a la fotografía profesional y amateur. Las atmósferas melancólicas y los colores capaces de producir de estas máquinas de la inmortalización aún tienen su poso en el imaginario colectivo y, a día de hoy, consiguen enamorar a cualquier enamorado/a de este arte. En las modas, está claro que todo vuelve. Pero cuando se trata de los años ochenta sus símbolos más distintivos no desaparecen ni desaparecerán jamás. O eso parece.